Los jóvenes alojados en el Instituto de Menores de Máxima Seguridad “Almafuerte” tienen su primer acercamiento al registro audiovisual.
Un taller de cine y video documental funciona como excusa para que realicen un cortometraje dentro del penal.
La cámara es un juguete rabioso que genera en ellos fascinación y rescata una sonrisa refugiada, inocente, que parecía olvidada bajo las sombras.
Mientras adentro rebotan gritos libertarios contra los muros, afuera suenan fanfarrias de mano dura.
El film está dirigido por Andrés Martínez Cantó, Santiago Nacif Cabrera y Roberto Persano.
